
El juego y sus beneficios en los niños
“El juego es el lenguaje del niño y los juguetes son sus palabras”.
Garry Landreth, fundador del Centro para la Terapia del Juego
El psicólogo ruso Lev Vygotsky menciona que el juego es una herramienta que ayuda a los niños a reproducir las actividades sociales, el contacto con otras personas y a aprender roles.
El juego tiene poderes curativos si se da en un ambiente cálido, amigable y en el que los niños tengan soltura para jugar. Los ocho poderes curativos del juego son:
- Comunicación
- Regulación emocional
- Mejora de la relación
- Juicio moral
- Manejo del estrés
- Fortalecimiento del yo
- Preparación para la vida
- Autorrealización
El juego les brinda a los niños muchos beneficios en la vida. Además de que es divertido, ayuda a fomentar la creatividad, la educación, las interacciones con otros niños y adultos, la comunicación, y es una herramienta que los ayudará a aliviar el estrés.
Cuando los niños juegan, aprenden a tolerar mejor la frustración, regular sus propias emociones y destacar o mejorar en una tarea que les guste y les salga muy bien.
Jugando, los niños tendrán la oportunidad de dominar su mundo y expresar su personalidad global. Comunicarán sus deseos y necesidades, sus percepciones, su manera de interpretar el mundo y las posibilidades de sus habilidades y limitaciones.
¿Cómo jugar con los niños?
- Permitir que ellos tengan la iniciativa, sin dirigirlos
- Que el juego sea libre y espontáneo
- No hay que agobiarlos si no juegan como nosotros esperamos
- Jugar con diferentes canciones y rimas ayudará a desarrollar el lenguaje
Referencias
Schaefer, C. E. (2012). Fundamentos de terapia de juego, segunda edición. México: Manual Moderno.
Learn More
Cada 40 segundos se suicida una persona
En el mundo se suicidan más de 800 mil personas cada año, siendo esta la segunda causa de muerte en jóvenes de 15 a 29 años de edad. Es por esto que, desde el 2003, la Organización Mundial de la Salud celebra cada 10 de septiembre el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Al ser este un grave problema de salud pública, diversos organismos de salud realizan estrategias para prevenirlo, tales como la restricción del acceso a medios de suicidio, la formación del personal sanitario y, muy importante, la psicoeducación de la sociedad para aprender a detectar conductas de riesgo.
Pero aquí viene la gran pregunta: ¿Por qué la gente se suicida? El suicidio es una situación multicausal; es decir, que es el resultado de un cúmulo de circunstancias que llevan a una persona a terminar con su vida, en las que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. Dentro de las principales causas de suicidio se encuentran las enfermedades mentales: depresión, trastornos por consumo de alcohol, abuso de sustancias, violencia y pérdidas.
El suicidio es todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, sabiendo ella que debía producir este resultado (Hernández-Bringas & Flores-Arenales, 2011). La OMS plantea que, si bien el suicidio no es necesariamente la manifestación de una enfermedad, los trastornos mentales sí son un factor asociado con el suicidio muy importante. Algunos estudios realizados en distintos países revelan una prevalencia total de entre 80 a 100% de trastornos mentales en casos de suicidio consumado.
Pero hay un enemigo silencioso en esta ecuación, el estigma, la falta de diálogo alrededor del suicidio, el miedo a hablarlo, pensar que el solo mencionar la palabra suicidio puede motivar a alguien a hacerlo, cuando es todo lo contrario. Si en nuestro entorno nos abrimos a hablar de este tema y normalizamos la expresión de nuestras emociones, podemos ayudar a que si hay alguna persona a nuestro alrededor pasando por un momento complicado, se sienta con la confianza y libertad de decir cómo se siente, y sobre todo pedir ayuda.
En VALE LA PENA buscamos brindarle al público un espacio de confianza en el que pueden recibir contención y orientación para tratar su situación con el especialista en salud mental que mejor se adecua a su circunstancia. Es una iniciativa dedicada a prevenir el suicidio y brindar apoyo en materia de salud mental, mediante la psicoeducación, a personas con depresión, ansiedad, conductas autolesivas, trastornos de la conducta alimentaria y adicciones. Surgió a partir de la necesidad de mejorar los servicios de prevención de suicidio en México.
Es por esto que hoy nos unimos al mundo entero para conmemorar el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Habla, si te sientes triste, solo, sin esperanza, nada te motiva y piensas que el mundo podría estar mejor sin ti, habla, expresa cómo te sientes, no te quedes callado y pide ayuda.
Referencias:
Hernández-Bringas, H., & Flores-Arenales, R. (2011). El suicidio en México. Papeles de Población, 17 (68), 69-101
Organización Mundial de la Salud. (2000). Prevención del suicidio, un instrumento para médicos generalistas, trastornos mentales y cerebrales. Estadísticas sanitarias mundiales, Departamento de salud mental y toxicomanías, tomado de http://www. who.int.
Organización Mundial de la Salud. (2014). Prevención de suicidio. Un imperativo global. Tomado de http://www.who.int/mental_health/suicide-prevention/world_report_2014/es/
Learn More
¿Zoom fatigue syndrome?
¿Alguna vez le has comentado a alguien cercano que esta “nueva forma de trabajar” te cansa mucho más? ¿Has experimentado un agotamiento mayor al estar todo el día en una junta por medio de una videollamada? Para responder estas preguntas, varias organizaciones han investigado el impacto de esta nueva forma de comunicarnos en nuestra vida diaria.
La Escuela de Negocios de la Universidad de Harvardpublicó un artículo en el que describen como las juntas y las interacciones sociales por medio de Zoom son mucho más agotadoras que las juntas presenciales. A este fenómeno se le ha descrito como “Zoom Fatigue Syndrome”. Este término es usado para explicar cómo procesamos la información dentro de nuestro cerebro al estar atentos a un video a diferencia de cómo procesamos la información en un ambiente normal.
Imagínate que estás en una reunión dentro de una sala de juntas. Tu jefe comienza a explicar los puntos fundamentales que se deben realizar en la semana. Durante los primeros minutos de la junta estás muy concentrado, pero en un momento determinado, escuchas un ruido inusual y tu mente se pierde por algunos minutos. Al darte cuenta que ya no estás prestando atención, decides preguntarle discretamente a tu colega más cercano lo que tu jefe acaba de mencionar, tu colega te pone al corriente señalándote unos documentos que tiene a la mano y así recuperas la atención en la junta. Durante el resto de la junta pones la mayor cantidad de atención posible y para demostrar que estás atento haces contacto visual una o dos veces con tu jefe durante todo el tiempo que está hablando. Al terminar la junta, regresas a tu área de trabajo listo para comenzar la semana. Después de leer esto ¿crees que durante las juntas online pasa exactamente lo mismo?
Sabemos que al trabajar en línea esto es completamente diferente. Existen muchos más distractores y sonidos y menos oportunidades de poder regresar nuestra atención sin tener que encender nuestro micrófono e interrumpir a la persona que está hablando. Los puntos centrales de estos son:
- En una videollamada la manera de demostrar que ponemos atención es mirando fijamente a la cara, mientras que en una conversación presencial no lo hacemos tan constantemente
- El psicólogo Gianpiero Petriglieri, en un artículo publicado por la BBC, explica que al comunicarnos por medio de una videoconferencia, debemos trabajar más para procesar señales no verbales, como expresiones faciales, el tono de la voz y el lenguaje corporal
- El video y el sonido en una videollamada siempre se presentan desfasados por milisegundos, aunque la señal de Internet funcione correctamente, lo cual influye negativamente en la percepción que tenemos de otras personas y dificulta una buena comunicación
- Y, por último, al poder ver nuestras expresiones faciales durante todo el tiempo, estamos más atentos a ellas y a lo que la gente puede interpretar de ellas, lo cual también quita nuestra atención de lo verdaderamente importante.
Prestar más atención a estos puntos es lo que nos produce un mayor cansancio en las juntas en línea.
¿CÓMO LUCHAR CONTRA ESTO?
En el artículo mencionado anteriormente de la Universidad de Harvard nos brindan algunas recomendaciones para disminuir este cansancio generado por las juntas en línea. Algunos de estos consejos son:
- Evitar el multitasking: muchos estudios han demostrado que el intentar hacer muchas cosas a la vez en lugar de mejorar nuestro rendimiento lo empeora y hace que disminuya nuestra capacidad de concentrarnos en las actividades que realizamos
- Tomar descansos durante el día: descansar en la medida de lo posible de los aparatos electrónicos. El simple hecho de dejar de ver la computadora por algunos segundos a lo largo del día puede ser de gran ayuda
- No ver nuestro propio video durante las juntas: ya que es un distractor importante y puede afectar a nuestra capacidad de concentrarnos
- Cambiar a llamadas de teléfono o mandar correos: entrar a las juntas necesarias y realizar el resto de actividades por medio de otras plataformas

Salud mental en tiempos de COVID-19
LAS EMOCIONES Y SU RELACIÓN CON LA SALUD MENTAL Y FÍSICA
La psiquiatra Marian Rojas Estapé explica en su libro “Cómo hacer que pasen cosas buenas” la relación entre nuestras emociones y nuestra salud tanto física como mental. Describe desde la neurociencia que “toda emoción tiene un reflejo bioquímico dentro del cuerpo”. Esta afirmación es explicada por la neurocientífica Candace Pert, quien al estudiar la bioquímica de las emociones descubrió que cada emoción activa la producción de sustancias en nuestro cerebro, afectando directamente tanto la fisiología, el comportamiento y la genética del mismo. Partiendo de esto, se concluyó que la emoción está asociada con la enfermedad. Siempre que se expresa una emoción el cuerpo humano responde. De la misma forma que cuando se niega la expresión de las emociones, éstas se quedan reprimidas en el cuerpo, causando daños en el individuo.
En el mismo sentido, la doctora Rojas describe que altos niveles de estrés durante un tiempo prolongado tienen un efecto directo sobre el sistema inmune, causando una falla en su función y así dejando al individuo más vulnerable ante la enfermedad física.
SALUD MENTAL Y FÍSICA EN TIEMPOS DE COVID-19
En los últimos meses, como explicamos en el artículo “Labilidad emocional y confinamiento”, la ansiedad y la depresión han incrementado desde que inició la pandemia por el coronavirus.
Según la Organización Panamericana de la Salud existen factores estresantes relacionados con el COVID-19 que han causado un deterioro en la salud tanto mental y física de la mayoría de la población mundial. Algunos de estos factores son el riesgo por estar infectado e infectar a otros, la confusión de otros problemas de la salud con el coronavirus, ser una persona vulnerable a la enfermedad, el aislamiento, la crisis económica, entre muchos otros. Todos estos factores han causado efectos psicológicos negativos como confusión, cansancio, estrés, un menor desempeño, una mayor confusión y agotamiento, pudiendo generar trastornos mentales.
Entender los efectos de la pandemia en nuestra salud mental es esencial para un adecuado manejo de ellos. Por lo tanto, explicaremos más a fondo algunas de las causas o factores relacionados tanto con la ansiedad como con la depresión.
COVID-19 Y ANSIEDAD
La psicóloga Liz Basáñez, en un artículo publicado por la revista Forbes, explica que muchos de los síntomas de ansiedad que podemos llegar a presentar por la situación mundial pueden ser confundidos con los síntomas específicos del COVID-19 al ser los mismos, como la dificultad para respirar, la boca seca y la diarrea.
No obstante, la diferencia principal entre estos síntomas para considerarlos como parte de la ansiedad o como parte del virus es que los síntomas derivados de la ansiedad no son persistentes, sino que están relacionados con un estado emocional específico o con pensamientos catastróficos.
Por ejemplo, en el caso de la dificultad para respirar causada por ansiedad, ésta no es constante, sino que en momentos de mucha angustia puede llegar a mostrar su manifestación más alta. En el caso de la boca seca, podemos notar que al estar en un estado de ansiedad, la humedad del cuerpo se generaliza provocando sequedad en la boca y en los lagrimales. Mientras que en el caso de la diarrea, cuando está relacionada con la ansiedad, puede ser causada por una colitis nerviosa. Todos estos síntomas, al derivar de un estado de angustia, pueden provocar una confusión en la persona que los padece y atribuirlos a una causa física (como tener coronavirus), por lo que es importante identificar esta sensación de angustia y trabajar con ella. En cambio, cuando estos síntomas son presentados de manera persistente y no dependen del estado de ánimo, es importante ponerse en contacto con un médico para el adecuado diagnóstico y manejo de ellos.
COVID-19 Y DEPRESIÓN
La relación de la pandemia con la depresión es explicada por los psicólogos Melinda Smith y Lawrence Robinson. Estos autores describen que tanto el estrés, el aislamiento, los problemas económicos y los duelos vividos durante estos meses pueden generar síntomas depresivos o exacerbar los síntomas de una depresión ya diagnosticada. Explican que dos factores importantes en la depresión frente a la pandemia son el aislamiento y la soledad, y la ansiedad y el estrés.
Las circunstancias actuales nos obligan a estar distanciados físicamente de otros, por lo que recibir el apoyo de otros es más complicado. O bien, nos obligan a mantenernos en un ambiente hostil y violento, lo que repercute también en nuestra salud mental (puede ser más dañino que permanecer solo). Por otra parte, el miedo o la incertidumbre de la situación mundial también pueden llegar a provocar un nivel alto de estrés y ansiedad al salirse de una preocupación esperada y provocar cuadros de depresión importantes.
ENTONCES, ¿QUÉ PODEMOS HACER AL RESPECTO?
El hecho de que tanto las emociones como la salud física estén relacionadas nos brinda mayores oportunidades de incidir en nuestra salud. Desde el punto de vista médico en el tratamiento de la enfermedad física y desde el punto de vista psicológico en la gestión de las emociones. Un tratamiento psicológico adecuado puede desde prevenir problemas físicos hasta brindar las herramientas necesarias para hacer frente a una enfermedad médica, de manera que la persona que la padezca pueda sobrellevarla de mejor manera.
Para ello, el Instituto Nacional de Salud Mental brinda algunas recomendaciones:
- Estar al cuidado de nuestro cuerpo: realizar meditaciones, comer de manera saludable, realizar ejercicio físico constantemente y dormir las horas necesarias
- Tomarse el tiempo para realizar actividades placenteras
- Estar siempre en contacto con otras personas: ponerse en contacto, ya sea por teléfono o videollamada, con personas importantes para hablar sobre las preocupaciones y también sobre cosas positivas del día a día
- Establecer metas realistas sobre lo que se espera lograr: reconocer lo que se ha logrado al final de cada día (aunque sean cosas pequeñas)
- Concentrarse
en los hechos sobre el COVID-19
de manera que se logre una compresión del riesgo real del virus en cada persona
y la gente que la rodea (esto puede disminuir el estrés al llegar a presentar
algún brote)
- Es importante saber las medidas adecuadas que se tomarían en caso de presentar el virus, de manera que si se presenta haya más claridad al momento de actuar
- En caso de contar con un nivel de estrés que repercute en las actividades diarias es importante ponerse en contacto con un profesional de la salud mental

“MINDFUL EATING” o Alimentación con atención plena
La conducta de comer es una conducta que hacemos habitualmente y en muchas ocasiones la realizamos de forma totalmente automatizada. Nuestra relación con la comida es esencial y refleja las actitudes que tenemos hacia el entorno y hacia nosotros mismos. La alimentación con atención plena es una práctica que nos hace conscientes de nuestras propias acciones, pensamientos, sentimientos y motivaciones.
¿QUÉ ES?
La alimentación consciente es darse cuenta de las oportunidades positivas y nutritivas disponibles en la selección y preparación de los alimentos.
Usar todos los sentidos corporales para elegir la comida que es satisfactoria y nutritiva para el cuerpo.
Reconocer las respuestas a la comida sin juzgar: si la comida me gusta, si la comida no me gusta, o si la comida me es neutra.
Tomar conciencia de las señales físicas de hambre y saciedad para poder guiar nuestras decisiones al comienzo y al terminar de comer.
BENEFICIOS
- Reconectarse con la sabiduría innata sobre el hambre y la saciedad
- Ofrece la posibilidad de liberarse de patrones reactivos en torno a la comida y la alimentación
- Nutre el cuerpo y el alma
- Permite tomar decisiones más saludables, a diferencia de las dietas, que pueden provocar sentimientos de privación
- Aporta conciencia de tu relación con otras personas y seres
ALGUIEN QUE COME CON ATENCIÓN PLENA
- Reconoce que no existe una forma correcta o incorrecta de comer, sino distintos grados de conciencia en torno a la experiencia de la comida
- Acepta que sus experiencias gastronómicas son únicas
- Es un individuo que, por elección propia, dirige su atención a comer momento a momento
LOS 8 PASOS PARA COMER CON ATENCIÓN PLENA
- Comenzar por la lista de compras: considere el valor nutritivo de cada artículo de su lista y apéguese a ella para evitar compras impulsivas. Llene la mayor parte de su carrito con frutas y verduras.
- Asegurarse de tener apetito cuando se siente a comer, pero no cuando tenga hambre voraz: si se salta las comidas, es posible que esté ansioso por llenar su estómago y su primera prioridad sea llenar ese vacío en lugar de disfrutar la comida.
- Comenzar por una pequeña porción: es útil limitar el tamaño del plato a 22 centímetros o menos.
- Apreciar la comida: haga una pausa antes de comenzar a comer para contemplar todo lo que se necesitó para llevar la comida a su mesa. En silencio, exprese su gratitud por la oportunidad de disfrutar de una comida deliciosa.
- Poner todos los sentidos en la comida: cuando cocine, sirva y coma sus alimentos, esté atento al color, la textura y el aroma. Mientras mastique la comida, intente identificar todos los ingredientes y los condimentos.
- Comer bocados pequeños: es más fácil saborear la comida por completo cuando la boca no está llena.
- Masticar bien: mastique bien hasta que pueda saborear la esencia de la comida (puede ser alrededor de 20 a 40 veces cada bocado, dependiendo de la comida). Es posible que se sorprenda de todos los sabores que se liberan.
- Comer despacio: dedique al menos 5 minutos a comer conscientemente antes de conversar con sus compañeros de mesa.
¿EVIDENCIAS?
Héctor Morillo en 2019 realizó un ensayo aleatorizado por clústeres con el objetivo de evaluar la efectividad de un programa adaptado de alimentación consciente (Mindful Eating) para reducir el comer emocional en adultos con sobrepeso u obesidad.
El estudio estuvo compuesto por 76 adultos con sobrepeso u obesidad en la ciudad de Zaragoza, España, tomando un programa de alimentación consciente durante 7 sesiones impartidas por un psicólogo capacitado.
Resultados: reducción significativa en el comer emocional antes y después del programa de alimentación consciente y reducción del número de atracones.
Conclusiones: la alimentación consciente fomenta la tolerancia a la angustia y los mecanismos de adaptación positivos, esto lleva a un mayor éxito en el manejo de los deseos e impulsos, un estilo de ajuste activo, flexible y comprometido y a un mayor control del peso a largo plazo.
Learn More